Grand Chelem

Recuerdo la primera vez que te vi desnuda: todo inocencia, todo vergüenza, todo un espectáculo. Ahora paciencia y tiempo por delante son todo lo que me queda, aunque cosas más raras se han visto volar. Deberíamos cortar con todo esto pero esto es un sistema basado en la confianza, la confianza de que algún día todo te irá bien y de que algún día yo seré buena persona, porque un «muy bien» y un «muy mal» son igual a un «todo es peor».

Ataúdes blancos para la memoria de noches por descorchar aún. Mi memoria puede no ser lo que era, pero lo que te debo no nos cabe en un solo acto; da igual, una palabra tuya y ya me siento ganador, batamos esta tierra con nuestros pies y espaldas. La suela de mis botas huele a laurel y goma quemada, estoy harto de usar el retrovisor, siempre seremos los primeros en todo y, si algún día nos morimos, será en una explosión de champagne, que me encanta tenerte distraída.

Se nos hace de noche y tú has pedido la cuenta de las veces que te he prometido algo. Prometo acordarme de lo que he escrito. Prometo acordarme de que lo he escrito. Prometo escribirte: se puede escribir de todo y a ti te cuesta decir lo que piensas. Prometo hablarte: te tendría todo el día en la boca. Si tuviera una mano más no sabría abarcarte, si tuviera una mano tuya sabría qué hacer para enseñarte todo lo que no haces en mí. Borrón. Cuenta nueva. Corto. Cierro. De momento.

Número de familiares en el extranjero: 1. Tres zonas horarias en tres días.

Jueves de Pecado

Tengo un talento especial pero para enseñártelo vas a tener que quitarte todo lo que llevas puesto. Cuando no queden más baldosas que cubrir en tu dormitorio y tus pupilas estén en cuarto creciente te darás cuenta de que la mejor cura para no tener planes es incumplirlos, pensar nunca hizo feliz a nadie. Tienes mariposas en la cabeza pero hace tiempo que los pájaros en mi estómago emigraron en busca de climas más cálidos, donde las puestas de sol no signifiquen nada y los abrazos duren más, no importa, me he dejado la red en casa pero llevo condones. Me has guiado hasta aquí antes incluso de conocernos pero nos va a resultar difícil a los dos recordar cuántos dedos tiene el cuerpo humano cuando todo se convierta en escalofrío, susurro, nuca, estremecimiento, arañazo, humedad, frustración, espalda, ímpetu, sugerencia, seda, repetición, ansia saciada a mordiscos; la vida, mirada de soslayo y musitada, pierde toda inocencia. Ardamos.

Me acuesto en la zona más moderna de la ciudad y me despierto entre contenedores. Cada vez que abro los ojos la chica de la mirada garza sigue seduciéndome, hipnóticamente intimidadora en la seguridad de su pared: darse la vuelta no sirve de nada, mejor seguir soñando con caballos. Cada vez que te has despertado ya pasado el vértigo yo estaba ahí, aguantando la respiración, agazapado, ahorrando fuerzas, dudando si abusar o ser un buen chico por primera vez en toda la noche. Cada vez que no he podido darte lo que estabas deseando he empezado a acordarme de la siguiente vez, pensando en el plan de no tener planes ni nada pensado. Cada vez que has abierto la boca me han entrado ganas de cerrártela para siempre con la mía (lengua, dientes, labios, tan inútiles ahora). Cada vez es la primera vez. Ha sido divertido.

Número de familiares en el extranjero: 2. Body count.