From Hell

Hoy, comic indispensable. «From Hell», por Alan Moore y Eddie Campbell.

Es increíble cómo hay figuras que pertenecen al imaginario colectivo, capaces de evocar e inspirar sin motivo aparente. Más increíble es que la mayoría de ellos sean villanos. Somos malos por naturaleza.

Aproximaciones al mito de Jack el Destripador las hay a paladas, más fieles, más personales o más indirectas pero ninguna como «From Hell». El dibujo, en blanco y negro es sencillo y feísta como fea era la realidad de finales de siglo XIX en Whitechapel, y está a entera disposición de un guión de los de quitarse el sombrero y comer uvas.

Te guste o no la historia de Jack y disfrutes o no con sesudas historias de personaje, hay que admitir el indudable mérito de una ambientación que difícilmente podría ser mejor, ya que mister Moore (ya sabemos qué hace en sus noches de vela) ha realizado una labor de investigación de las que duran una vida para que cada viñeta tenga sentido y una historia detrás.

A través de cinco tomos observamos la evolución de un humanísimo dramatis personae, con gestos y actitudes tan reales y realistas como las tuyas y las mías, y con unas addendas de casi la misma extensión que el comic en sí que explican por qué tal pasaje está ambientada en un escenario concreto, qué comida era la típica en la época o por qué se cree que las cosas fueron de tal manera y no de otra. Espectacular.

Luego, claro está, llegó Hollywood, compró los derechos e hizo una peli bastante infame con Johny Depp y Heather Graham haciendo como que enseñaba las tetas.

Van dos de Alan Moore. Por algo será.

—————————————————————————

En otro orden de cosas, llevo muchos días escuchando que soy frío y calculador, y no es cierto. Puedo ser arrogante, altanero, pedante, pesado, estúpido, olvidadizo u obsesivo pero jamás me he considerado frío y sé que tengo razón. Y ellos no. ¿Cómo lo sé? Porque soy frío y calculador y ellos no.

Numero de familiares en el extranjero: 1. Santy es de la familia, sí. Pero te tenemos entre nosotros y no pensamos soltarte, maldito bastardo.