100 Balas

Hoy, comic indispensable. “100 Balas”, por Brian Azzarello y Eduardo Risso.

Soy extremadamente tímido. Cada vez que lo digo la gente hace un gesto de extrañeza, pero es cierto. La Increíble puede atestiguarlo, visto cómo me enroco cada vez que me saca a cenar a un restaurante. A esto le podemos sumar una misantropía que me daría para llenar volúmenes enteros de «si pudieras matar a tres personas impunemente…». Es por ello que «100 Balas» me atrapó desde el principio.

Una pandillera acaba de salir de prisión. Un señor algo mayor se acerca y le ofrece un maletín con una foto, un arma de fuego y 100 balas, ilocalizables, irrastreables. Cuando quiera, podrá hacer uso de ellas para vengarse de la persona de la foto, del encargado de arruinar su vida, y lo hará de manera totalmente impune, sin que la policía lo investigue.

Esto, que podría quedar como un Mcguffin apañadete para una historia corta, trasciende su propia anécdota para, a lo largo de 100 números, desarrollar una compleja trama de poderes en la sombra, conspiraciones familiares y ambiciones sin freno.

«100 Balas» cuenta con dos grandes aciertos. El primero es el de saber autoimponerse una fecha de caducidad desde el comienzo lo que, si bien evita la pérdida de interés en forma de tramas interminables, da una cierta sensación de urgencia y precipitación en los números finales.

El segundo, y que la hace merecedora de (re)lectura es el de componer un olimpo de personajes que se nutre de fatales mujeres esculturales más versátiles y peligrosas que una navaja suiza, poderosos asesinos invencibles, hombres de verdad hechos de carne y hueso y piedra, un elenco de secundarios perdedores sin nada que perder ya, ambiciosos hombres de negocios que harían culaquier cosa por la tradición y un puñado de dólares, jóvenes y bellísimos advenedizos que venderían a su madre porque al padre hace tiempo que lo empeñaron, todos ellos juntos y revueltos sin saberlo, en un universo donde tras cada esquina espera una traición, un paraíso, una pistola humeante.

Comic negro, negro, negro.

Cuánto gilipollas y qué pocas balas.

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En otro orden de cosas, qué rural es todo, a pesar de que sea casi primavera por estos pagos.

En el asfalto es normal ver cómo la naturaleza se apodera de la civilización en forma de pequeñas hierbas y gramíneas que crecen sobre las grietas provocadas el frío y el agua. Pero juraría por lo más sagrado que en el kilómetro cinco de la carretera a Iglesuela vi la mata de una hermosa cebolla creciendo en el arcen.

Numero de familiares en el extranjero: 1. Plans – Death Cab For Cutie.

Beneficioso

 

Hoy, una palabra bonita.

BENEFICIOSO

El diccionario de la RAE la define como:

1. Provechoso, útil

Sinónimos: provechoso, favorable, productivo, lucrativo, útil, fructuoso

Antónimos: desfavorable, perjudicial, pernicioso, dañino

Origen etimológico de la palabra: del latín «bene» y «facere», «que hace bien»

Resultados de buscar «beneficioso» + «Eduardo Zaplana» en Google: 40400. Si Google lo dice…

Tres ejemplos de buen uso de la palabra (ofrecidos por El Mundo, entre otros):

1.- Lo que la SEC está investigando es si algunas firmas han tramitado estas operaciones a un precio menos beneficioso que el que el cliente hubiera obtenido en el mercado, obteniendo con ello un beneficio

2.- El sol sólo es beneficioso cuando se toma con cautela Un artículo del «British Medical Journal» siembra la polémica al insistir en que los beneficios de tomar el sol se han subestimado en pro de los riesgos

3.- El preparado fitoterapéutico se ha venido publicitando como un compuesto ampliamente beneficioso tanto para las personas con daños cognitivos significativos como para aquellas sin estos problemas

Tres ejemplos de mal uso de la palabra (sin acreditar):

1.- De las chicas que están en la fila del pan me beneficio sólo a la de enmedio

2.- Rodrigo se tiraría a todo lo que se mueve, tiene el pene vicioso

3.- El ritmo de vida que llevo ultimamente es muy beneficioso para mi salud

En otros idiomas, beneficial, bienfaisant, benéfico, einträglich

Una palabra con raíces, con etimología, con peso específico, con alcurnia. Para ti, Melania.

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En otro orden de cosas, he vuelto.

He vuelto de un largo viaje. He vuelto al trabajo. He vuelto a comer carne por las mañanas. He vuelto a no dormir por las noches. He vuelto a salir de cena cuando debería quedarme en casa. He vuelto a acumular ropa sin planchar en mi armario. He vuelto a tirar el tiempo con pasatiempos absurdos. He vuelto a actualizar el flog. He vuelto a gastarme el dinero en tonterías sin sentido. He vuelto a quedarme mirando las paredes durante un rato. He vuelto a engancharme a series nuevas. He vuelto a beber infusiones. He vuelto a descargar películas interesantes, series esenciales y buena música. He vuelto a no saber qué hacerme para cenar esta noche. He vuelto a pensar en salir a correr. He vuelto a comprar coca-cola. He vuelto a utilizar bastoncillos para las orejas. He vuelto a practicar la batería. He vuelto a tirar mi felicidad por la ventana.

En pocas palabras, he vuelto.

Número de familiares en el extranjero: 1. A ver cuándo te da por volver a ti