Hoy, palabra bonita.
PLETÓRICO
El diccionario de la RAE la define como:
1. Que tiene plétora (exceso de sangre o de otros líquidos orgánicos en el cuerpo o en una parte de él, o gran abundancia de algo)
Sinónimos: exuberante, enérgico, lleno, rebosante, vital, exultante, colmado
Antónimos: escaso, falto
Origen etimológico de la palabra: del griego «πληθωρικός», «pletórico» (o algo)
Resultados de buscar «pletórico» + «fantasma» + «estación» + «meninas» (no necesariamente en este orden) en Google: 51. No está mal. Habrá que aumentarlo
Tres ejemplos de buen uso de la palabra (ofrecidos involuntariamente por El País, entre otros):
1.- Alonso necesita «un fin de semana pletórico» si quiere estar en el podio
2.- El viejo estuvo pletórico, en casi dos horas de concierto, el canadiense de 62 años se dejó el alma en cada punteo, emocionó y sacudió al público talludito (va por usted, don Miguel)
3.- Físicamente dice estar pletórico y mentalmente no puede sentirse más confiado: cuatro goles en tres partidos le dan para mucho
Tres ejemplos de mal uso de la palabra (sin acreditar):
1.- El lunes hicimos un plato completo, rico en proteínas y delicioso
2.- San Fermín ha empezado y todos sabemos lo que espera: temple, toricos y guiris asteados
3.- Gallo que no canta pletórico no se encuentra
En otros idiomas, exultant, plein, pletórico, strotzend.
Va por usted, mister fngus, que tuvo, entre otros, un fin de semana pletórico.
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En otro orden de cosas, leo el jueves. No me refiero a que compre con asiduidad la revista que sale los miércoles, que también, sino a que este jueves leo el examen. Es oficial. Me hacen estar en Huesca a las 8,30 para terminar leyendo el quinto siempre y cuando, como en el médico de cabecera, no haya ninguno pendiente del día anterior. No hay quinta malo, no obstante.
Después de estar una semana entera currando como un cernícalo después de estar dos meses estudiando como un cabrón después de estar cuatro meses trabajando como una bestia de carga había decidido darme un pequeño descanso en los metros finales este fin de semana. La última que lo hice tampoco gané nada. Pero crucé la meta.
Han sido unos días de no mirar el mail ni apenas el móvil más que para saber si lo que estaba haciendo se consideraba comer o técnicamente merendar. Días de piscina, descanso, siesta y paseo. Mucho paseo. Entre horas, además de picar, hemos ido al cine, hemos practicado el terrorismo performer sin heridos excepto el orgullo y unos tres puntos de aproximación, hemos hecho planes y han salido perfectos, hemos salido sin planes y también han salido perfectos y hemos aprendido que en la cocina y a la cocina puede ser lo mismo, pero en cualquier caso nos han quitado la lavadora. Me ha dado tiempo a cantar en la ducha, a comer fruta a pesar de todo, a bajar y organizar música, a hacer cosas por primera vez, a ver en la tele cómo un catalán que no hablaba catalán, cajero de pega, se llevaba la tercera lista, a dar vueltas en moto, bus y taxi, a redescubrir mi ciudad, a hacer un poco de historia, visitar bombas que casi explotan, bares que casi estaban abiertos y lugares que casi no existen donde hacen unos bocadillos casi perfectos, todo ello para al final casi no llegar a tiempo.
Y cuando llegaba la hora de dormir, nos vestíamos.
Número de familiares en el extranjero: 1. El viernes te llamo. Fijo.